sábado, 28 de julio de 2012

FERIA DE LAS FLORES

Medellín florece y con ella la Feria de las Flores. Cada año miles de personas se reúnen entorno a la fiesta, el recuerdo y los valores de toda la región antioqueña que celebra el florecimiento de la raza y sus costumbres. De la vida misma. De los olores a Siempreviva, a Clavel, a Girasol o a Orquídea.

Como es costumbre cada año bajan del corregimiento de Santa Elena cientos de campesinos llevando a cuestas obras magníficas y coloridas: sus silletas. Las más preciosas demostraciones del amor por la tierra, la cultura y la tradición de un pueblo para el que las flores han hecho parte de su desarrollo.

Para entender el universo de las flores se necesita amor. Ese amor que le tienen los cultivadores, silleteros y amantes de las flores. Ante todo se requiere capacidad para asombrarse ante su belleza y una mirada de niño para hablar con ellas y participar de su mundo.
Agapanto, estrella de belén, astromelias... son flores que ya no son tan usadas en las silletas, particularmente en las emblemáticas y las comerciales. En las tradicionales, las de que deben llevar por norma más de 25 tipos de flores, todavía hay lugar para las flores más silvestres, así como en la memoria del antioqueño y en el corazón del silletero.
Cuenta la historia que por los caminos de Antioquia muchos silleteros solían transportar en sus espaldas personas y mercancías antes de elegir las flores como las más preciosas cargas.
En el siglo pasado la mítica figura de María «La Larga», silletera y andariega, que transportaba niños en su espalda hasta Rionegro, tomó forma para representar la fortaleza y empuje de las mujeres de esta tierra. María y su novedoso sistema de desplazamiento convencieron a muchos campesinos de la región para llevar sus cargas florales en las espaldas y así traerlas a la ciudad de manera más rápida y segura.
Así desde 1957 los silleteros convirtieron esa indomable tradición en fiesta y ahora, después de 46 años, volverán a vestir las calles de Medellín con sus pantalones azules, sus ponchos, carrieles y sombreros que son un legado, una tradición.